ENCONTRÉ
Encontré mil lágrimas bajo mi
suave piel cansada de la vida y abandonada a la nostalgia de una vida
tormentosa, y ahora en el presente algo amable. Encontré el amor y me olvidó, y
aún para mi, mejer bendita, aún lo recuerdo. Encontré una monotonía dulce y con
regusto a una cerveza tomada en uno de los tugurios de la gran ciudad. Encontré
las mil sensaciones que tras una ducha caliente sentía mi pelo negro y rizado
al verse mojado por el agua que fluía
por mi piel suave aún y como huyendo el agua resbalaba por el sumidero y se iba
con el jabón a más allá de unos metros bajo tierra. Encontré la cama arreglada,
las sábanas limpias, y el sueño que tardaba pero que fue reparador en el que
viví miles de historias, como una película que pasaba deprisa y a veces me
despertaba sudando por alguna que otra pesadilla nocturna de esas que duelen y
que amargan pues van los sueños en otra dirección como siguiendo su propio
raciocino. Encontré la alegría de los que se saben medio locos, medio sabios, que
entienden de todo y aún así son objeto de burla y mofa por aquellos energúmenos
que no entienden nada. Encontré la edad que no hacía más que reforzar el
pensamiento positivista y alegré con el que empezaba la mañana, tan sola como
una cenicienta de cuento explotada por una perversa madrastra que no era mas
que la pura vida que estruja y te saca los sentimientos fijándose sólo en si
vendrá aquel del pasado que ofreció el zapato de cristal a otra y se equivoco
de cuento. Encontré mi corazón y se
alegró mi vida cuando te vi de nuevo…y seguí encontrando.
Mónica
Rubio Ochoa
26-04-2018
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