La vida está llena de encuentros y desencuentros, siendo los primeros más agradables y los segundos no deseables. Salgo del cascarón del incomprendido Calimero para darme cuenta de que la vida, por muy cuesta arriba que se haga es un don del Cielo. Me encuentro genial, y bueno, me divierto de nuevo como nunca antes lo había hecho. Me encuentro descansada y alegre, me encuentro con mucha paz interior...y estoy pasando un verano bueno porque he sabido cambiar mi pensamiento en un arma positivista que no pierde nada intentando conseguir las cosas sin que me cuesten. Soñaba con este verano, deseaba este verano, y aunque la timidez me la estoy comiendo con patatas, me gusta esta playa tan grande como familiar, con encuentros y desencuentros, hay un montón de cosas con las que disfrutarlo y me alegra pensar que se puede ser feliz aún en las circunstancias más adversas. De casi todo lo malo se sale, y o ya he salido, y sigo siendo la misma cortadilla de siempre, que cuenta con una amiga que vale su peso en oro, y otras amistades que pululan por ahí. Os dejo seguidores mudos: que Dios reparta suerte y amor a manos llenas. Besos mil
Mónica Rubo ochoa
24-07-2018
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