Es importante saber en esta vida cuáles son tus límites para que no dejar que alguien, cualquiera, los atraviese. Lo que quiero decir es que en los últimos años he pasado por un maremágnum encontrado de sentimientos, que se me escapaban de las manos para darme cuenta que con los años te vuelves más austera, más condescendiente, más audaz y más entera. No me consideraba bien en muchos aspectos de la vida, y cuando me quedé sin madre y tuve que cuidar de mi padre, me hice muy adulta, y tomé las riendas de los dos y de mi vida. Jóvenes que me leéis que yo sé que sois muchos, querer a vuestros padres porqué son el mejor tesoro que poseéis, perdonarles cuando se equivoquen y no dejéis de ayudarlos muchísimo. Y a los padres también deciros que los hijos jóvenes a veces se "saltan las normas" porque quieren "ser más mayores" y la adolescencia para ellos es una dura prueba. Yo recuerdo que mi adolescencia fue difícil , pero siempre tuve a mis padres para llorar en su hombro, y particularmente mis padres me ayudaron muchísimo. Hoy en día intento que la tristeza no me venza, y que la alegría que he obtenido redunde en los demás...ayyyyyyyyyyyy cómo me enrollo. Y bueno, para mí, todo empieza a normalizarse. Tengo muchos planes individuales, porqué no me ha quedado otra. Me gustaría tener más amigas y amigos, pero quizá con mis amigas de siempre y con mis hermanas tenga en esta vida bastantes apoyos. Soy muy natural, no me enfado casi nunca y soy de naturaleza sociable , pese a todo. Y nada, sigo viendo lo de Cataluña, lo de las elecciones en la televisión, y lo que me echen. Pero ¿qué hay dentro de mi corazón? Tranquilos, sólo soy yo.
Mónica Rubio Ochoa
29-octubre-2019
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