viernes, 15 de noviembre de 2019

PARA APRENDER...

PERDER. A veces te caes en esta vida y no te queda otra que volverte a levantar, y eso hago en todo: en heridas de alma y en heridas del amor. He perdido casi siempre, pero no pierdo el ánimo ni la ilusión por vivir bien, reír, aprender cosas nuevas, y divertirme. Cada vez dejo a un lado lo que no me conviene y hago oídos sordos a según que comentarios. Pero yo tengo respeto, respeto en primer lugar a mi misma y en segundo lugar a mi familia. Sin embargo siempre saco la chispa a todo aquello con lo que me río, en realidad soy una mujer muy normal en gustos y aficiones, pelín reservada y muy amiga de sus amigas. He aprendido a que la vida puede ser bellísima si la cuidas y la sabes tratar bien. He aprendido a que el perdón cristiano sí entra en mi vocabulario. He aprendido a que a veces el sueño es muy profundo y necesario para una insomne como lo he sido yo. Tengo muchas teclas, pero estoy acostumbrada a la vida con valores buenos y positivos que se me han inculpado, pero sobre todo a no juzgar, a que mi alma sea cada vez más blanca y a que mi pensamiento sea o lo intente ser positivo. No sé si volveré a trabajar, pero mientras llegue o no, sigo por ejemplo la política y los programas de entretenimiento. Estoy enganchada a Gran Hermano, y a las cosas no violentas. escucho la radio. Y me relaja la música, no sólo el pop sino también la música clásica. Lloro fácilmente porqué soy una sentimental. Y me gusta conseguir mis propias metas por mi misma. Y mi corazón como decía María Jiménez cantando por Sabina está "tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo"...quizá no tanto, pero la vida es ala vez tan maravillosa y tan complicada que prefiero simplificarla y guardar silencio ante muchas cosas. Besos por hoy, seguidores mudos...os dejo.
Mónica Rubio Ochoa
15-noviembre-2019
Buen rollo para todos los que me leéis.

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