Soy la dueña de mis palabras, pero siempre han sido de ánimo, de alegría, aunque a veces en la soledad de mi existencia han sido mis palabras de tristeza y desencanto, ya corté con todas las palabras que podían hacerme daño. Sí, soy la dueña de mis palabras, e intento ser cada vez más buena persona. Pero me ha costado muchísimo llegar hasta el punto de saber perdonar y perdonarme, y aprender a confiar el la buena gente, la mala gente queda fuera de mi "burbuja" vital. Y bueno, es mi segundo día en Cullera, adoro esta playa, la luz que entra por las ventanas, ver amanecer y ver la luna de Valencia que ayer era preciosa. No doy nada por perdido, todo lo contrario, peleo por cada minuto de optimismo que es el que impera en mi espíritu. Y, bueno, tengo muchas teclas, pero aún así, me siento agradecida a Dios y a mi familia y demás, por ser y sentir como soy y como siento hoy.
Mónica Rubio Ochoa
09-03-2020
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