He ganado en positividad, yo antes todo lo veía negro y me costaba Dios y ayuda tener un buen día. Pero eso era antes. Me he dado cuenta de que no es tan difícil ser feliz o al menos intentarlo. ¿Qué te falla el amor? Dios dirá y no cavilar demasiado porque hay muchas mujeres que somos muy sensibles, presupongo que los hombres también lo son, en asuntos del corazón. Por lo demás, el amor se siente, y es cosa de dos. Y bueno, pues vuelvo a ser la enamoradiza que he sido siempre, debo llevarlo en los genes. Lo que sí sé es que la vida vale la pena vivirla con intensidad, sola, acompañada, viuda o soltera, casada o divorciada. He aprendido a quererme un poquito y a bailar con la maravillosa música española. No tengo ningún problema en aceptarme tal y como soy. No sé si caigo bien, gusto o provoco envidias, esto último no lo creo, porqué nadie envidiaría mi vida, aunque yo misma adoro mi vida con sus vaivenes y sus altibajos. Y yo lo he pasado verdaderamente mal de salud y es quizá eso lo que me hace empatizar con las personas que sufren y son más necesitadas. Y nada, por lo demás, siempre he sido muy sincera, y me he ahogado en un vaso de agua. Pero ya no, he luchado por estar como estoy ahora, por sentirme bien, olvidando las injusticias y palabras de algún que otro impresentable. Os dejo, paso de la gente que juzga sin conocer. Todo me ha ayudaoi a madurar en especial en estos malos y terribles tiempos de pandemia. Apoyemos a todos los sanitarios, y personal que ayuda a los más necesitados. Y si somos nosotros los que no tenemos nada que ofrecer dejarnos ayudar es lo único que podemos hacer.
Mónica Rubio Ochoa
15-noviembre-2020
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