La vida sería más vida si no nos la complicáramos tanto, pero lo hacemos. Es un error. La mayoría de la gente formada sabe a cierta edad no ya lo que quiere, sino lo que no quiere. Nos volvemos gente con manías. Nos acostumbramos a vivir con comodidades, y algunos nos implicamos en alguna causa social o religiosa. Somos cómodos, pero yo añoraba esta comodidad, y pese a que llevo a mi madre en mi corazón, sigo pensando lo maravillosa que es la vida cuando se recupera la salud, o cuando sientes que el amor esta cerca. Quizá me mueva a veces por percepciones y haya miradas que no las sé interpretar. Pero bueno, para mí lo importante es que los míos estén bien y yo también.
Aspiraba a esta cota de ánimo y felicidad, no sé si lo alcanza la gente pero yo me encuentro a gusto en mi cabeza y en mi cuerpo, cuidándome y cuidando a los demás. Si algo me han enseñado mis padres además de educación es a tratar bien a la gente y a ser generosa. En mis afectos soy muy cariñosa y me encantan los niños. Soy un poco bruja con mis vaticinios, y mi intelecto no se lo cambio a nadie, satisfecha estoy con él. Nunca había sentido como siento. Pero nunca mendigaré amor. Para aprender, perder. Mi mirada es una mirada a veces viva y otras cansada y con ganas de esfumarme. Pero me mantengo en pie, y me siento bien, muy bien con mi corazoncito ya curtido y melodioso. Para enamorarme a mi, y mantenerme como compañera, se necesita un buen coco con ganas de no tener una vida aburrida.
Besitossssssss seguidorrrrreeeeeees mudossssssss:
Mónica Rubio Ochoa
2-mayo-2018
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