Me siento muchísimas veces pequeña, pequeña ante Dios y la Naturaleza, ante los hombres y mujeres, pero estoy con calme y paz interior, con sencillez en mis sentimientos, teniendo los pies en el suelo y la cabeza en el Cielo. Siento que he crecido a marchas forzadas en los últimos años y he conseguido las ganas de vivir que tenía y lo arrestos que me hacían falta. Tengo una educación con muchos valores, y de ella presumo...¿Todos pueden decir lo mismo? No trabajo, no tengo un trabajo remunerado, pero no me hace falta, al menos de momento. Dejo mi futuro en manos de Dios y de la Virgen. Y adoro a los niños, no sólo a mis sobrinos, se me cae la baba cuando veo a algún "cachorro", me encantan, y tengo buena sintonía con los pequeñajos. Me chiflan.
Por otro lado me he dado cuenta de que es imposible caer bien a todo el mundo, y encuentras personas con salud que viven tristes y amargadas, se les nota en la cara, yo pienso muchas veces cuando me topo con gente así, sana, pues que no sé que pensar la verdad...ya me entendéis.
Soy pequeña, como he dicho anteriormente, pero con un buen corazón, corazón puro y cristalino, que no se esconde ante mucha gente, y que defiende la verdad de sus latidos.
Pequeña aquí en Cullera viendo los imponentes y fotografiados por mí, amaneceres, porqué soy de las de inmortalizar los momentos y a las personas de mi entorno. La cámara la llevo y hago fotos siendo fiel a mi retina.
Cada vez me gusta más la vida, estar en ella me reconforta, y bueno, aquí en la playa me siento tan bien con tan poco.
Soy muy mañosa y creativa, y la verdad es que paso de las malas lenguas, no salgo sin sacar mi buen humor del armario, y soy buena pero no tonta , ingeniosa e irónica, mujer condescendiente, y mi arma, mi sonrisa, mi único poder: mi mente prodigiosa. Yo, como he dicho algunas veces sí creo en los milagros.
3-jul-2019
Mónica Rubio Ochoa
