miércoles, 1 de agosto de 2018

Todo pasa...

Todo pasa, los malos momentos dejan entrar a una alegría moderada, a una vida sencilla pero alegre, a una modesta manera de vivir, pero llena de simpatía y sin tener que dar explicaciones a nadie; me gusta mi vida y pienso que todas las vidas son valiosas, la mía también. Me lo paso bien, procuro empaparme de todo para poder escribir cosas bonitas, que son el reflejo de mi estado emocional, unas veces es bueno y otros no tanto. Pero la melancolía es un pequeño hándicap junto con la soledad que he tenido que torear para volverme más entera, con las cosas más claras y teniendo más energía y más fuerza. Cullera no me decepciona, es mi playa, mi descanso, la sal del mar, el cálido Mediterráneo, la fruta y verdura de la huerta, aquí todo sabe mejor, y el sueño me vence por la noche como Morfeo. Sigo defendiendo lo que me parece injusto, en especial soy muy sensible con la infancia, y veo que cada vez me implico más. Y luego están las blasfemias, con que alegría se cometen y se va en contra de la Iglesia, el que no crea que deje en paz a los párrocos y a las personas de bien que nos reunimos en esta maravillosa fiesta que es la Misa. Yo invitaría a todo el mundo a ir al menos a una misa, atender y verán como se sale mucho mejor de ella, y más confortado. Para mí, mis creencias son importantes, tanto como para muchas personas de bien. Te dan pautas preciosas, y te ayudan a vivir mejor contigo misma cada día, yo salgo contenta de la misa, salgo feliz después del sacramento de la confesión. A todo el que quiera lo invito a probar. Besitos, seguidores muditos de otra mudita:
-Mónica Rubio Ochoa
01-agosto-2018

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