lunes, 17 de diciembre de 2018

LA NO ENVIDIA

Es el pecado nacional, la envidia, pero no es buena, para nada...y caemos todos al menos una vez. Pero a veces sentimos que el otro tiene una vida más fácil o este otro cobra más que yo, o un millón de etcéteras. Y el que envidia no valora lo que tiene él o ella, que quizá sea objeto de envidia para otros. Yo, ha llegado un punto que no envidio y me siento afortunada con lo que tengo y con la familia que tengo. La envidia es muy mala consejera, y yo lo que destilo es el amor al prójimo por todos los poros de mi piel. Me gusta como me va la vida ahora, no ayer ni hoy sino ahora  en este preciso momento. ¿Qué he tenido la vida fácil? Para nada, pero incluso en mis momentos de bajón sacaba una risa o una sonrisa. Quizá tenía mucho rencor de malas pasadas, pero hasta eso lo he olvidado y perdonado. Pienso que todo el mundo tiene no una, ni dos, sino muchas oportunidades para enderezar su vida y saber sacar cosas buenas, porque soy de las que piensan que el bien siempre triunfa frente al mal. Y viendo los telediarios nos damos cuenta de que la maldad existe. Yo soy muy prudente, y no me atrevería a decir a la gente lo que se debe o no se debe hacer, pero yo pienso que todos debemos actuar sin mirarnos mucho el ombligo y en vista del bien de los demás, de aquellos que más lo necesitan. Me considero afortunada y bueno, busco la humildad que predica mi religión. A veces me cuesta un poco pero lo intento. Y nada, muy contenta de que paso en Madrid la Navidad con los tres niños, mis tres sobrinos pequeños que me tienen encantada. Y nada, que me encantan los niños, y que aunque sea maestra de estudios me sigo considerando una aprendiz de la vida. Feliz Navidad! a mis seguidores mudos, y espero que sigamos siendo todos congruentes con nuestra propia y diferente manera de ver la vida. 
Mónica Rubio Ochoa
17-diciembre-2018

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