Somos el reflejo de nuestro propio espejo que devuelve nuestra imagen con luz y ensueño.
Somos la voz de los pequeños, la alegría innata, sus referentes, y su sustento.
Somos la sencillez y el orgullo, la limosna a los pobres.
Somos las que sobrevuelan los cielos de la intuición y su perdón.
¿Os ha gustado?
Espero que sí, sigo en Cullera, no hay mucha gente, ni polución, ni ruidos...un paraíso. Necesito un poco de desconexión de mundanal ruido. Veréis, yo aspiro en esta vida a ser moderadamente feliz, no perder el tiempo, seguir formándome y leyendo...y aunque a veces se me hizo la vida cuesta arriba he sabido subsistir pese a todo. Y nada más por hoy, sólo que todo lo que siento poco a poco se me va cumpliendo. Besos, seguidores mudos:
12-03-2019
Mónica Rubio Ochoa
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