Creo que casi he encontrado mi lugar en el mundo, y es aquí, en Valencia, en mi hogar, con los míos. Es verdad que a veces me canso de mis familiares, pero creo que no cabe en mí ofensa para ninguno de ellos, porqué si yo bien hago las cosas que me parecen bien, hay algunos que no tanto. Intento siempre hacer buenas obras, y creo que cuando las hago mi alma y mi corazón, descansan. Pero también me he dado cuenta de que muchas veces querer no es poder. Es cierto que soy muy sensible y enamoradiza, pero mi mente supera al corazón. No tengo edad para volver a los dieciocho, ni tampoco falta que me hace. Y estas Navidades están siendo muy de recogimiento para mí. Me lo pedía el cuerpo y el alma. Intento poner mucha mano izquierda en mis relaciones personales y de familia. Y me sorprendo cada vez que salgo pues Valencia es una ciudad maravillosa. He dejado atrás muchos malos rollos, he cortado por lo sano. Y sigo bien, aunque somnolienta después de comer. Espero muchas cosas bonitas para el año que viene, y tengo ganas de ver a los pequeñajos de mi familia. Y nada más , besos y abrazos en estas raras Navidades. Cuidaos mucho:
Mónica Rubio Ochoa
26-diciembre-2020
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