Cada persona, en especial las que han sufrido o tienen algún handicap o lucha personal tiene que empezar aceptándose tal y como es. Hacerlo es una gran prueba de madurez. Y bueno, yo misma he tenido que aceptar muchas cosas y ver que soy tan importante como cualquiera, y que pese a una vida durilla cada día me despierto mejor, me gusta aprovechar el tiempo, salgo de paseo todos los días con mi padre, y sí, nos llevamos muy bien aunque a veces discutimos, como todo el mundo. Y bueno, la vida es preciosa, la vida es un regalo, la vida es maravillosa. Hoy había una luz preciosa en el cielo. Es verdad que me gustaría algún día tener a alguien que me diera la mano y se convirtiera en mi caballero andante, pero que la persona objeto de mis sentimientos sé que no volverá, y aún me cuesta un mundo aceptarlo. En fin, yo sigo pelín colgada por él (en realidad mucho), pero el tiempo mitigará la herida de mi corazón. Lo que no me gusta es que al romanticismo que irradio, que es mucho, lo rompan por la mitad gente, más bien gentuza que se burla o se ha burlado de mí. Eso es una burla a mi inteligencia, valga la redundancia. Tengo un millón de defectos, pero prefiero que sea así, y nadie nace enseñado, aunque conmigo en general casi toda mi familia se ha portado conmigo de una manera sensacional. Y cada día soy más hogareña y me cuesta salir de mi entorno de confort, porque en mi casa, con mi ordenador, mis libros, mis escritos, mis poesías, mis cuentos, mis películas y mi música...todo eso es para mí "Mi tesoro". Y ¿Cabe Dios en mi vida? Por supuesto, es muy importante en mi vida, me da serenidad, paz, descanso sosiego...Y me gustaría que alguién clikara en ser mi seguidor, tengo muchas visitas pero ninguno da a ese botón. Nada más por hoy. Os saluda desde Valencia la mujer que soy hoy, con mis virtudes y defectos, con capacidad de perdonar y de perdir perdón.
Mónica Rubio Ochoa
02-diciembre-2020
Y dentro de nada.. ¡navidad, navidad, dulce navidad...
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