Cuento cuentos desde siempre. Me gusta inventarlos. Es poner imaginación y gesticular. me gusta, sencillamente me gusta. Por lo demás sigo siendo la misma pero con más empaque, me he tenido que saber comer muchos marrones, pero sabía que todo al final como en los cuentos acabarían bien. Me siguen entreteniendo las películas de Disney, me hace sentir como si fuera más pequeña y con más ilusión. Me gustan los pequeñajos, aunque hay un bajo porcentaje de niños maleducados, no la mayoría, pero haberlos, haylos. Y bueno, yo me siento muy bien sin haberlos tenido aunque en otra vida hubiese tenido unos cinco. Eso no me impide sentirme menos mujer que las que hasn sido madres. Yo me siento muy bien sin tenerlos. No es una fustración sino que no surgió nunca. Y aquí estoy frente al mar mediterráneo con unas suave brisa acariciándome la piel. ¿Se puede pedir más? Pues nolo sé. Este verano he crecido, he crecido personalmente mucho. Ya no lloro...¿para qué?...a veces sí, cuando escucho chorradas sobre mi persona que yo sé que dicen y que se me graba en mi alma proveniente de personas con muy mala leche. Olvidados de mi vida. Si tuviera una goma de borrar mágica hubiera borrado a unos cuantos retrogrados energumenos, pero en realidad ya los he olvidado, aunque a veces aún sangran mis heridas. Pero soy cristiana convencidísima lo que ha hecho que pusiera toda mi Fe, y por eso hoy me encuentro menos deprimida y más alegre con mi familia. El sueño me vence cada noche, y agarrada a mi almohada me siento bien, muy bien. Y bueno, os he empezado a escribir sobre los cuentos y me he enrollado. Me revelo contralos muchas cosas que veo en la televisión, asi que cuando las veo cambio de canal o sencillamente la apago.
Mónica Rubio Ochoa
24-agosto-2021
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