Me gusta que los comercios se adornen camino de la Navidad. Las Navidades son unas fechas entrañables para celebrar con los que más quieres, y celebrar el nacimiento del niño Jesús. Es una etapa en el tiempo de recogimiento y buenos deseos. Aún falta un poco y estas Navidades serán para mí distintas. Ya os comentaré.
Y hablando de la vida, he vuelto a ver la vida como se debe ser, y he madurado mucho, a veces ni siquiera yo me reconozco. Ojalá todo trascurra en mi vida de una manera bella. Supongo que es lo que deseamos todas las mujeres. Yo puedo reivindicar muchas cosas aunque sea en este blog tan concurrido, y sí, hay vida después de los cincuenta, aunque no den por nosotras ni un duro estando las de veinte. Pero yo he dejado en rencor que pude albergar algún día por la tranquilidad de alma, por la bondad, y quizá he actuado, no quería, con ingenuidad. Pero en el fondo de mí sólo hay un corazón solitario que hace tic-tac-tic-tac. Y bueno, ¿qué he sufrido? Acepto todo lo que me ha pasado en esta vida con valentía, y bueno, seguidorcillos mudossss, aquí encontrareis a una mujer correcta y sencilla, no hace falta rascar más, soy tal y como me he mostrado saliendo de numerosos baches, que no ha sido mas que señales en las que he cogido la parte que menos tenía: el optimismo.
Mónica Rubio Ochoa
14-noviembre-2018
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