Hubo un tiempo en que no era feliz, ya hace mucho, gracias a Dios. Hoy agradezco mucho el sentirme tan bien y el estar siempre buscando la felicidad mía y la de los que me rodean. Creo que en los tiempos que corren nos hemos dado cuenta de lo pequeños que somos los seres humanos. Y que necesitamos apoyarnos los unos con los otros. Sólo sé que cuando ayudas a alguien desinteresadamente eres más feliz, aún cuando no te agradezcan muchas veces las cosas que haces bien.
¿Quién soy yo? Una más, con la suerte de vivir muy bien ahora, y reírme en vez de llorar. De estar bien en mi piel. De aprender de todo y para todo. Y de ser entregada para muchas cosas. Siempre pensé que el amor verdadero lo podría todo, pero sigo soltera. No es que me pese, estoy muy acostumbrada. Además no quiero forzar nada con nadie, y creo que ya hice el cuadro declarándome abiertamente a alguien que no me ha demostrado que le gusto. Pero en fin, lo intenté, lancé la caña en aguas turbulentas y quedé manchada por el barro. Lo que sí me siento muy feliz es de la relación que tengo con mi padre. Nos adoramos mutuamente. Y es la persona que hoy en día es motivo de mi alegría. Y nada, como siempre digo, hay que ser felices, y cuando has estado muy malita aprendes a enamorarte de las cosas más pequeñas dándole importancia a todo y actuando con el corazón. Hay historias que debo dejar pasar. Pero hay amistades que procuro conservar porque es gente que me aporta mucho. Tengo 52 años, tiempo suficiente para saber lo que quiero y a quien quiero, aunque no sea correspondida. Besos, a los que me leeís..¡guapos!
Mónica Rubio Ochoa
21-septiembre-2020
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