Frente al espejo veo a una mujer, con mucho vivido, con ganas de alegría y comprensión. Con ganas de emprender nuevas etapas en mi vida. Para eso he tenido que olvidarme de muchas cosas que escuché desde que era muy joven. Pero ahora, adulta, me doy cuenta de que aunque hay veces que se me cae el alma a los pies porque soy muy, muy, muy sensible, otras veces cuando no me siento presionada afloran a mi vida recuerdos de tiempos bonitos esperando para mi futuro tiempos mejores. Sí, soy católica y me da igual que me llamen "monjita carmelita", prefiero eso que lo contrario. He aprendido a coger el toro por los cuernos y a dirigir mi vida conforme a lo que yo opino sobre la murmuración, la envidia, y los celos. .Esas tres palabras las olvido pronto pues yo ya he perdonado, y los desconocidos y la gente que malmete contra no sólo yo, sino, la gente que insulta, que se mofa, los babosos etcétera , esa gente no la dejo entrar em mi mundo maravilloso dónde todo quiero que sea orden, paz, sentimientos puros, amor, fe y espíritu de servicio. Me gusta ayudar a la gente, me gustaría tener una vida muy tranquila, y ¿sabéis? Sólo depende de mí, he hecho un cambio de 360 grados y nadie que no lea mi blog, se ha dado cuenta. Me guardo mis neuras, y mis cosas para otros. Soy muy buena. no me gusta mandar y no sé enfadarme. Y sabéis, la mujer del espejo es ya muy mayor para niñerías y bobadas de otro. Yo sé a quien quiero y a quienes no en mi mundo frágil de papel. Tengo muy buen fondo. Acordaos de esto ultimo cuando me léeis hoy. No soy joven pero mi espíritu si lo es.
Mónica Rubio Ochoa
07-abril-2021
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