Mi cuento, la historia de mi vida, la que he tejido con finos hilos para hacer de ella algo bello, pues esa historia que es la de una mujer que pasó por todo y hoy se alegra por nada. Tengo bastante genio cuando me enfado, y no me gusta enfadarme, prefiero estar alegre e ilusionada, y lo estoy en todos los aspectos de mi vida. ¿Qué tengo labia? lo sé, pero lo importante como decía mi madre es ser buenos y trabajadores. O buenas y trabajadoras. He caminado por aguas movedizas con peligro real de hundirme. Y en que pensaba: en que no todo vale, ni todo es dinero, lo importante es tener salud. Yo la predí muy joven, y aún así tengo una historia de superación y sobresfuerzo. ¿Cómo me siento hoy? Pues a veces un poco vapuleada por lo que he vivido, pero muy fuerte de coco, que es lo que más me importa. No me gusta que los padres utilicen a sus hijos como armas arrojadizas, quien se sienta aludido, de verdad, ajo y agua. Yo tengo una gran, gran familia, para los que soy importante y por eso he de seguir adelante con una sonrisa, porque ms "niños" se lo merecen. Y cada vez me gustan menos las bromas, y más la cultura, la sabiduría, la belleza, la lectura de la Biblia, la bondad, la alegría, lo que aporta la naturaleza...y viendo el panorama de lo que todo el mundo ha sufrido por el coronavirus, me siento agradecida por tener otro tipo de salud. No elegimos donde nacer, ni si íbamos a ser queridos. Yo muchas veces he hecho de tripas corazón para esconder mis miserias...pero aún me quedan unos meses en Cullera, y yo voy a pelear por cada minuto de mi felicidad. Besitos,
Mónica Rubio Ochoa
05-agosto-2020
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