viernes, 3 de abril de 2020

La verdad es que el confinamiento...

es un rollo. Grande. Tengo ganas de que acabe. A veces se me acaban las ideas y me duermo en los laureles. Pero bueno, por la tarde me dedico a mis hobbies, porque, gracias a Dios tengo muchos y me llenan la mayor parte de mi tiempo. Es verdad que rabio por ir a la calle, pero creo que debemos cumplir el confinamiento como mejor podamos y sin  saltarnos las normas. Y lo más importante es que duermo tranquilamente, y rezo mucho. A la par leo mucho,  e intento no dar guerra y procurar el bienestar de los míos y de mi misma. No pierdo el ánimo por nada ni por nadie, me he dado cuenta que ya soy una luchadora, que necesitaba un empujoncito en la vida, y que no sé ni como lo he hecho que me encuentro serena y tranquila dentro de ser un manojillo de nervios. Yo me apoyo mucho en mi religión, sé que mucha gente se puede burlar de esto, y de hecho alguna ya lo ha hecho, pero a mi me funciona, me calma, me ayuda... leer los evangelios y la Biblia le dedico un ratito. Ser católica me llena, y soy más feliz así.¿Para qué y por qué cambiar? Además me gusta el buen humor, me río, me río mucho, y eso es bueno porqué te quita todo el mal rollo que he podido tragar. Todo en mi vida lo he hecho con honradez y franqueza, con la claridad de ideas más que nunca y con el amor de en primer lugar mi padre: "El Gran Sabio". Él siempre ha estado ahí y yo no le puedo fallar. Por lo demás la verdad es que en mi cumpleaños me sentí un poco mal porqué me faltaba alguien, pero creo que lo he idealizado demasiado, y de hecho es una obsesión. Ojalá se de cuenta de que soy muy detallista con los demás, y que nadie, me ha regalado nada, sólo me llegó una pulsera hace unos años pero sin remitente. ¿De quién? Pues es un misterio sin resolver, quizá de ese chico de ayer cuyo recuerdo lo tengo muy presente, o de algún vecino que viendo lo que lloraba entonces tuvo una idea para animarme. 
 Yo aprendo las cosas muy rápido, lo que tengo que memorizar, porqué heredé la memoria, una buena memoria que sigo ejercitándola con cosas que me interesan y que descubro en internet. No, yo sé que no soy la mujer más inteligente del mundo, ni la más sana, ni la más constante, pero soy buena gente, y estoy viviendo un momento muy bueno anímica y personalmente. Tengo sí, como he dicho una capacidad de visualización de las cosas que me han pasado, las malas pero también las buenas en estos 30 pasado años más o menos. Me acuerdo de los maravillosos veranos pasados en Playa de Puebla de Farnals, y ahora en lo muy bien que veraneo en Cullera. Ni tan siquiera sé la imagen que la gente hace de mí, pero tonta y simple por supuesto que no lo soy. Todo lo contrario, aunque sé que la vanidad como la de San Vicente va i ve, y me gusta que se me reconozca al menos por ser estudiosa y trabajadora. Luego está la gente que murmura, pero ese no es mi problema. Sencillamente tengo la suerte de que ni me hace falta depender de nadie, ni de tragarme la kk de los demás. Cada uno que aguante su vela. Yo me quedo con mi gente, a la que importo, y que de verdad me quiere. Dejo atrás a la gente que desconectó de mí, y me quedo en especial con una muy buena amiga y otras menos pero también y con conocidas y conocidos. 
Sigo muy de cerca las noticias de la pandemia, y siento que se ha de alargar el confinamiento hasta que todos estemos seguros, tal como nos indican las autoridades. Para mí está siendo un buen momento para crecer espiritualmente, y para sentirme bien...conmigo misma. He dicho. 
Mónica Rubio Ochoa
03-abril-2020
Todo mi apoyo moral y religioso a las familias de los fallecidos por el coronavirus, y un ave María por los caídos. Apoyémonos todos en todos para que la situación termine. 
Besos, seguidores mudos...ah un acierto la gimnasia de la 2 y el programa en boing de Tania Llasera, por lo menos se salen de las noticias que nos hacen preocuparnos tanto.  Nada más por hoy, besos a los que me seguís. Para mí es bonito.

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