Aunque en el amor casi siempre me tocó perder, supe deshacer la madeja de mi corazón, y volver a intentar vivir con más alegría, con más tino, con más autoconfianza y con algún farol. Hoy mis sentimientos son más serenos, más tranquilos y mi corazón late de nuevo sintiendo que la vida con pan y belleza es mejor. Los sentimientos, son sólo eso, sentimientos, y por mucho que muestres el valor para lanzarlos hay algunos que, no sólo yo, deberían de pedir perdón, y no, esos desconocidos no lo harán pues son ellos los de seco corazón.
Y volviendo a la rutina, estoy manteniéndome en este confinamiento, con las ideas claras, y bueno intentando reírme más y mejor, pero sobre todo le pido al Gran Jefe, que se acabe pronto la pandemia. Y mientras pasa, yo me encuentro cada día más segura. y con más simpatía. Con muchas ganas de sobrinillos, pero sé que para eso aún falta. Por mí que duré el confinamiento entrado Mayo, prefiero que todos los políticos piensen en no ir demasiado rápidos en esto.
Por lo demás, la soledad la he sufrido desde muy joven, y se ha convertido en una cordial compañera, de la que no rehúyo e intento tener activo mi intelecto, que vale más que el oro fino.
Y nada, seguiré mi propio camino, sin ataduras de ningún tipo. Pero con calma, todo tranquilito, serenidad y generosidad, pero sobre todo con alegría y con mis muy buenas ganas de cantar, escribir y bailar.
Mónica Rubio Ochoa
13-abril-2020
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